martes, 11 de diciembre de 2012

I love you

“Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas. Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento, y contarte que es ahí donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás”

sábado, 8 de diciembre de 2012

Eres único

Dime si habrá algo más bonito que despertar a tu lado cada día, susurrarte que te quiero es mi particular manía, si apareces en mis sueños me adormeces, me meces con tus dedos, me enloqueces, eres mi única alegría. Y Cada mañana pienso en robarte uno de tus besos amarrado a la razón de un corazón que late en verso, regalarte amaneceres y placer en cada esquina de la cama. Siempre seguirá viva nuestra llama, eres lo mejor que tengo, lo mejor que tuve, lo mejor que tendré en esta vida, un amor que sube llega hasta las nubes y allí vuela. Jugar a no perderte, a abrazarte fuerte, a quererte tanto que me duela. A tu lado todo es diferente, el olor de tu perfume me enamora cuando vuelves, pasear de la mano a tu lado hasta perderme, decirte que te quiero. TE QUIERO. Y así sera para siempre. Y se que no puedo bajarte una estrella, pero también se que te voy a tratar como una de ellas. 
Y eres tu el único que me hace sentir viva, que me enseño a querer como se quiere de verdad, capaz de despertar las ilusiones y sentidos, viajar a nuestros sueños de la mano hasta el final. Eres único.
Y quiero tenerte cerca, tan cerca que no respire. En el choque de tus labios mi boca no salto ilesa.  
Hoy quiero llevarte el desayuno hasta la cama, que me comas a besos, mi boca nunca se acaba. Amarte hasta de madrugada, mientras escalas por mi cuerpo gastaremos el tiempo entre las sabanas, subir hasta la luna cada noche, quererte hasta que duela, contando las estrellas a tu lado, pensarte con los labios, dibujar corazones con tu nombre, y llevarte a mi planeta de la mano. Júrame que me quieres, promete que me esperaras por siempre, que todo lo que sientes sera eterno. El miedo ya no vuelve, que sepas que nunca vas a perderme, y que sueño con tenerte en un futuro aquí a mi lado. Mariposas en el vientre, miradas que se cruzaron y acabaron de la mano, sin separarse  un segundo. Si tiramos la toalla, sera para ducharnos juntos.

Te quiero

Odio quererte como una idiota.
Estar en ese nivel, donde incluso puede escaparse un te amo.
Donde puedo flotar con tu sonrisa en una de esas estúpidas nubes tornasoles.
Donde esos comentarios sin sentido ni gracia, para mi sean una comedia.
Donde las horas de estar contigo lo sean todo.
Pensarte constantemente cuando no te veo.
Odio escribir cosas para tí, odio amarte así.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Hace tiempo que mandan mis pies

Te desvelas otra noche mas y haces lo de siempre: Vestirte, ponerte el abrigo,coher las llaves e irte a dar una larga caminata.
Lo haces cada día desde aquel 29, hacen hoy 912 dias (2 años y medio).
Los mismos días que hace que el no volviera después de aquella tajante discusión.
Tus pies te llevarán a esa pared, donde el estaba apoyao y tu acompañandole, hablandole, después de que el hubiera jugado ese partido.
Punta, talón, pie tras pie vas haciendo un paso y otro y otro más que te hará caminar sin ver lo que te rodea, mirar sin asociar los sonidos que te taladren en lo más profundo.
El recuerdo de sus carcajadas al tocarle las orejas te impide escuchar y pasar de las miradas de tus amigas que curiosas no paran de prestaros atención. 
Los gorrienes cantan, en este momento anuncian la apertura de un nuevo día.
Un nuevo día sin el. Pero ya lo sabes.
913 dias de arrepentimiento, 913 días de lluvia incesante y 913 lágrimas que no paran de caer.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Arrastrada?

Asúmelo, te sentiras como una Puta, te estará utilizando para su beneficio y tu lo sabrás. Te embeleserá con las típicas palabras bonitas.
"Oh tu eres Reina, no Princesa" Psss
Te ablandarás y el irá a por ti cuál lobo ataca a ese corderito marginado del rebaño que lleva dias acechando.
"Oh eres tan bueno!"
Sii, lo que tu digas, pero me voy, ya hablaremos, pero no, no hablareis...
Hablarás TU...
Lo llamarás TU...
TU lo seguirás sorprendiendo día tras día, hasta que te canses y, cuando lo hagas volverá el con su maldita sonrisa y caerás de nuevo, pero cuándo tu orgullo venza y digas YA BASTA, NO QUIERO VERTE MÁS!! el se irá con aire de suficiencia.
Es probable que llores y te eches la culpa mientras el se la folla, la toca y la hace volverse loca de placer.
Algún día lo asumirás. Lograrás aprender que las cosas no son bonitas y que los hombres, bueno. Los hombres son solo eso. Hombres. Una simple palabra.



em. ci. ci.

Aún con las rodillas echas trizas no te dejas vencer.
La cara manchada de barro y sudor no te impide verlo todo.
Los números en la camiseta apenas se reconocen, pero eso no logra evitar que sepa que eres tu, pues abajo de la portería no puede haber otro mejor.
Los guantes rotos de tantas paradas logradas pero con las costuras bien arrmadas de los innumerables errores del pasado que te han servido para aprender.
La botas con un par de tacos menos, no importa, eso no te hará temblar los tobillos al parar ese penalti decisivo.
Sabrás encajar los golpes de la vida, pues cuentas con tus mejores amigos en la defensa del equipo.
Ellos son los porteros de tu vida.
Y tu de la mía.
Gracias.

Seamoslo todo!

Prometeme un visita guiada por cada tramo de tu cuerpo.
Descubrir, caminando con dos desos, donde termina el horizonte de tu espalda.
Buscaré cicatrices y me inventaré una historia de guerra personalizada para cada una de ellas.
Déjame fantasear con tu piel.
Aprenderé los numeros a base de contar las lineas que tienes en la palma de las manos. Hacerte tanas cosquillas en los pies que sea yo la única persona que se ría a carcajadas de los dos.


Miss Dior Chérie

Somos como un frasco de perfumes de esos caros que utilizan las chicas guapas de revistas. 
Cada uno en el mundo tiene una fragancia distinta, más floral, más dulce, más fuerte, más o menos cara.
Todas tan distintas que algunas pasan desaprecibidas, pero si un dia inhalas con fuerza y percibes que no estan, sientes que falta una parte de ti.
Por eso no permitas que nadie venga con su  
EAU de SOY-LO-MÁS y te aplaste.
Yo con mi esencia.
Tu con la tuya.

Me rio en tu cara en tu espalda y en tu todoo !!

Me limpiare las lagrimas que dejan marca en mi cara maquillada con las mangas de mi hcauqeta preferida.
En un par de minutos volverán la palidez habitual a mis mejillas, en este insante, las tengo conrojadas.
Me rehare de nuevo la coleta por que con tanto ajetreo me desmeleno.
Intentare recuperar el aliento para así poderte decirte de una vez que solo fuiste un capricho. Y como es normal, después de imaginarme tu preciosa carita al oír esto, retornarán de lo más hondo de mi garganta las carcajadas más sinceras escuchadas en mucho tiempo.

FUCK YOU

- No se como decirtelo, esa noxe..
+ Va dilo.
- Ya lo sabes, el alcohol, no controlo..
+ Ves por que te dije que no queria que salieras?
- Es que.. pero no me arrepiento
+ Yo tambien tuve oportunidades, y aunque se fuera el amor, el respeto NO.
Ella se levanto indignada. El la paro.
-Y mis dos besos?
+ No era que no sentias nada por mi?
-Si, bueno, no. No se.
+Que te den. Me das asko.
Ella tira sus objetos regalados a la basura, gritando:
+BASURA COMO TU!

FIRE BABY !

Como en el cielo ya estas me toca llevarte a los más oscuros fondos.
Te llevaré al infierno caiño.
Porque si te hago todo lo que me permite la imaginacion 

seriamos pasion en llamas y no necesitamos otro infierno.
Soy la Princesa de este cuento de lobos azules. Principes feroces sin caballo blanco. Caperucitas sin abuela ni cestita de mimbre. En donde la Bestia es el ser más bello del mundo. Un relato donde Blancanieves se come las naranjas robadas del palacio del malvado padrastro.
Mi cuento ve al Garbancito más grande que el Buey. Donde el apuesto Caballero tiene la llave de la torre, en el bolsillo de su
chaqueta. Peter Pan camina con un bastón y unas gafas retro para ver de lejos.
Soy la Barbie, con el pelo marron, poco pecho, metro ochenta y sin ningún Ken al que aguantar.
Aqui las alfombras sirven para no tocar el suelo frio en invierno. A pinocho mentir lo único que le crece son los dedos para asi toquetearte mejorrrrr! Un Dragon que escupe algodón de azúcar, por lo tanto está indenfenso.
Comer perdices ya esta muy visto.. Yo me como al Coco que hay debajo de la cama. Me lo como con galletas de chocolate.
Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad. El mundo está loco. Definitivamente loco…
Lo rico engorda, lo bonito sale caro ,el sol que ilumina tu rostro arruga y lo realmente bueno de esta vida, despeina…
  - Hacer el amor, despeina.
  - Reírte a carcajadas, despeina.
  - Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
  - Quitarte la ropa, despeina.
  - Besar a la persona que amas, despeina.
  - Jugar, despeina.
  - Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
  - Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que, como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el pelo despeinado… Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.
Y lo peor que puede pasarme es que, sonriendo frente al espejo, tenga que volver a peinarme.

Nadie dijo que fuera fácil llegar a ser una princesa

Apareciste en mi vida como por arte de magia, no esperaba encontrarte. Jamás he conocido a nadie como tú. Me llenaste la vida de frases de alivio, de fuerza. Me hiciste ver que con esfuerzo podía lograr todo lo que quisiera. Me visitabas en los momentos donde mi angustia se convertía en agonía, y aparecías en el reflejo del espejo; y con una voz angelical, con una voz tan hermosa que hubiese sido un pecado no escucharte, me decías: “Mírate, eres un ángel bajo un manto de grasa. Nadie quiere saber nada de ti, porque no pueden ver lo maravillosa que eres. Están domesticados, obligados a juzgar tu cuerpo para poder acceder a tu alma. Enséñales a la princesa que llevas dentro.”
Yo te escuché, Ana. Eras mi única amiga, la única que me enseñó a escapar de todo aquel sufrimiento, de la melancólica soledad, de las humillantes burlas. Aparecías cuando más lo necesitaba, y me entusiasmaba pensar en el maravilloso futuro que me esperaba tu lado. Me hablabas de perfección, de respeto, de poder, de convertirme en una diosa. Y cuando la tentación me llamaba en forma de apetitosos dulces y suculentos manjares, allí estabas tú, querida, para que no renunciase a una vida entera de placer por un momento de dulzura en mi boca.
Y te obedecí amiga. Y todo parecía que funcionaba perfectamente: la ropa me empezaba a ir grande, y yo me sentía como una triunfadora, como una heroína. Tenías razón, Ana. Tú eras capaz de darme todo. Y yo estaba dispuesta a seguir adelante, embriagada por esa sensación que se tiene cuando sabes que después de un duro esfuerzo hay una recompensa. Pero me advertiste de que el camino iba a ser largo y difícil, y que lo único que habíamos hecho era comenzar. Sabías que no era suficiente sólo con apartarme de dulces, bollos y antojos de entre horas. Me hablaste de esa terrible droga, de esa droga que me iba a impedir ser feliz, que era la causa de mi soledad, de mi sufrimiento, y que me destruiría. Me alejaste de ella, me alejaste de la comida. La convertiste en mi peor enemiga.
Y tú te convertiste en mi compañera inseparable, Ana. La única que me comprendía. Te encontraba por las mañanas, nada más despertar, y te quedabas conmigo hasta que me dormía por las noches. Controlabas todo lo que hacía, y te comportabas como una profesora de la vida. Si me dejaba llevar por la tentación y me llevaba algo de comida a la boca, tú estabas allí para regañarme, para repetirme una y otra vez: “¡Así siempre serás una fracasada!” Y cuando sentía el hambre en mis entrañas, cuando me quedaba sin fuerzas para caminar, o cuando me mareaba y caía al suelo, tú estabas allí también, para repetirme una y otra vez: “¡Lo estás haciendo muy bien! No hay mejor dolor que el hambre, te enseñará a ser fuerte. Lo conseguirás todo. Pronto le enseñarás al mundo la princesa que hay en ti. ¡Jamás me defraudes!” Y cuando tenía problemas con el resto del mundo, con los exámenes, con mis compañeros… tú también estabas allí para hacer que me olvidase de todo excepto de ti. Para mí lo eras todo, Ana, todo.
Y no te defraudé. Hacía todo lo posible para deshacerme de las imperfecciones de mi monstruoso cuerpo. Tú me lo advertías, me aconsejabas como mi fiel compañera: “Debería darte vergüenza que la gente te viera así, tan horrible. Que nadie te vea, que nadie te mire hasta que no seas una princesa”. Solas tú y yo, Ana. Siempre tú y yo.
 
Y dediqué toda mi vida sólo a ti, Ana. Y me hiciste ver que a veces era necesario sufrir durante mucho tiempo para conseguir algo. Me enseñaste a ver el dolor como algo que me merecía por haberme dejado llevar por la tentación, por el deseo. Me convertí en amante de las cuchillas más afiladas, me convertí en testigo de heridas y cortes. Me lo merecía, Ana. Lo merecía porque no tenía fuerza de voluntad, ni era lo suficientemente valiente como para aguantar algo tan miserable como el hambre. Lucía mis cicatrices como un homenaje al dolor que conlleva la perfección.
Y también me mostraste la forma para deshacerme de mis remordimientos, Ana. Cuando notaba que la angustiosa comida estaba ocupando sitio en mi estómago, y tú me señalabas la solución: “Arrodíllate y deshazte de todo lo que te has llevado a la boca, o se convertirá en tu perdición”. Cada sanitario se transformaba en tu altar, Ana. Mis dedos alcanzaban lo más profundo de mi garganta, buscando la arcada que hiciese que todo aquello que ensuciaba de mi alma saliese expulsado de mi cuerpo, como si de un espíritu maligno se tratara. Pero tú te sentías orgullosa de mí, Ana. No me importaba la sangre que salía de mi estómago, de mi garganta. Era el precio que tenía que pagar por ser débil, era el precio que tenía que pagar para que te sintieras orgullosa.
Y hoy aún estoy aquí, Ana. Nunca llegué a ser feliz, nunca conseguí ser perfecta. Te has llevado mi sonrisa, mi alegría. Lo di todo por ti: mis amigos, mi familia, mis estudios. Te entregué toda mi vida, Ana. Te entregué toda mi alma. Me has enseñado a caminar hasta la soledad, me has enseñado la cara fría de la muerte. Me has arrancado el corazón, me has arrancado la vida. Por favor, muérete Ana.